Es posible que 2022 sea recordado como un año convulso por varios motivos como la situación de crisis energética derivada de la subida de los precios de los combustibles fósiles, iniciada el año anterior; la inflación a escala global ligada a la incertidumbre en el mercado del gas natural por la guerra en Ucrania, o el histórico verano de temperaturas extremas e incendios forestales que han asolado más de un cuarto de millón de hectáreas de monte y arbolado en España.