El proyecto piloto ha utilizado 230 toneladas de escorias de la planta de biomasa de Briviesca, transformando este residuo en un recurso valioso para la industria del vidrio.
Las escorias, subproducto de la combustión de biomasa en plantas de energía, son empleadas para sustituir parte de los materiales vírgenes, como la sílice y el carbonato de sodio, en la producción de vidrio manteniendo la calidad del producto final.