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¿Sabías que la bioenergía es clave para luchar contra el cambio climático?

Para luchar contra la crisis climática es fundamental sustituir los combustibles fósiles por energías renovables, y la bioenergía ocupa un lugar destacado en esta transición.

ciclo CO2

La crisis climática es el gran reto de nuestra era. Desde la Revolución Industrial, el aumento exponencial de CO2 en la atmósfera, provocado por la quema de carbón, petróleo y gas natural, ha impulsado el calentamiento global.

Pero, ¿qué es exactamente el CO2 y cómo afecta nuestro planeta?

El CO2 es un gas de efecto invernadero; un exceso de CO2 en la atmósfera provoca el sobrecalentamiento de nuestro planeta. Pero también es esencial para la vida en la Tierra, ya que las plantas y otros seres vivos lo necesitan para su suministro de energía y crecimiento. A través de la fotosíntesis, las plantas captan CO2, generando biomasa con la ayuda de la luz solar y el agua. Luego, en el proceso de respiración, las plantas liberan CO2 nuevamente.

El ciclo natural del carbono, donde las plantas captan CO2 y lo liberan de nuevo, se mantiene en equilibrio. Por el contrario, la extracción excesiva de carbón, gas natural y petróleo ha alterado este equilibrio, liberando carbono almacenado durante millones de años en la corteza terrestre, lo que causa el calentamiento global y el cambio climático.

¿Cómo podemos enfrentarnos a esta situación y reducir las emisiones de CO2?

Aquí es donde entra en juego la bioenergía.

Los bosques gestionados de manera sostenible pueden ser una fuente crucial de bioenergía. Estos bosques absorben CO2 y almacenan carbono en productos duraderos de madera. Además, gracias a las nuevas tecnologías la bioenergía puede ser incluso CO2 negativa; por ejemplo, retirando el carbono que se genera en la producción de energía y almacenándolo en el suelo, la bioenergía va un paso más allá del ciclo neutral y contribuye al enfriamiento del planeta.

La madera y otras formas de bioenergía pueden ayudar a proteger el medio ambiente y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Además, la utilización sostenible de la madera contribuye a regenerar zonas dañadas de los bosques, fomentando la adaptación de los árboles al cambio climático.

En la actualidad, se están emitiendo 8.000 millones de toneladas de carbono fósil al año. El ciclo natural del carbono asciende a 120.000 millones de toneladas al año. Usando un 5% para energía podríamos prescindir de carbón, petróleo y gas natural.

Gracias a la selvicultura y a la gestión forestal sostenible, según el modelo europeo, el 10% del ciclo natural del carbono en el bosque se vuelve utilizable para las personas: parte de las ramas se valorizan como energía. La madera de baja calidad se transforma en astillas o leña y se utiliza, sobre todo, a escala regional.

La madera industrial se transforma en celulosa, cartón o papel, proceso en el que se obtiene subproductos valorizables como energía. La madera de mayor valor se transforma en productos duraderos, que almacenan el carbono a largo plazo. Por cada metro cúbico de madera empleado, se producen entre 6 y 10 metros cúbicos de subproductos, parte de los cuales también se pueden transformar en energía.

En resumen, al utilizar bioenergía para calentarnos o generar electricidad renovable, podemos reducir las emisiones de CO2 y proteger el medio ambiente. Los bosques gestionados de manera sostenible y la tecnología moderna nos ofrecen una oportunidad única para luchar contra el cambio climático.

Toda la madera que no se utilice ni se pudra puede ayudar a proteger el clima y a reemplazar combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, y materiales de construcción perjudiciales para el clima

 

Asociación Española de la Biomasa