Los sistemas basados en redes de calor, de distrito, de distribución de calor o frío, o como se denominan en inglés district heating, son los más eficientes.
Estos sistemas producen energía térmica en unas instalaciones centralizadas, y la distribuyen hasta los usuarios mediante un conjunto de tuberías preaisladas, generalmente subterráneas, a través de un fluido que puede ser vapor, agua caliente y/o agua fría. Los usuarios pueden ser residentes, edificios de empresas (comercios, oficinas, hoteles), edificios de equipamientos (escuelas, hospitales), administración pública, etc.
Este sistema garantiza una mejor eficiencia energética y calidad de servicio que el que se obtiene con instalaciones individuales además de permitir la utilización eficiente de la energía térmica y de fuentes renovables, la biomasa, fácil de integrar, fiable y flexible.
Respecto a las emisiones, incluso usando el mismo bicombustible, se logra una reducción respecto a las que emitirían un gran número de instalaciones individuales a las que sustituiría dicho sistema. Además, la central está provista de elementos altamente eficaces, por ejemplo filtros de mangas, con lo que se puede controlar la posible contaminación.
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