Entrevista a Juan Carlos Aguilera, gerente de la Fundación Asturiana de la Energía
El papel de la biomasa en la transición energética de Asturias. Entrevista a Juan Carlos Aguilera, gerente de la Fundación Asturiana de la Energía

Juan Carlos Aguilera, gerente de FAEN
En el marco de la Transición Energética Justa, ¿cuántos megawatios de carbón cree que se podrían sustuir con biomasa asturiana?.
La Transición Energética Justa trae a Asturias una certeza clara: Se cerrarán 2.222 MW de carbón. Aunque el esfuerzo para atraer proyectos es grande, la incertidumbre es cuánta será la potencia renovable que se pueda poner en marcha. Factores financieros, ambientales, sociales o energéticos van a condicionar el resultado de este cambio.
En este sentido, la biomasa ofrece ciertamente algunos aspectos de gestión del sistema eléctrico que la hacen atractiva, pero por otro lado incorporan un coste logístico que puede hacer inviable su participación en el mercado eléctrico. No es fácil prever cifras en este entorno cambiante e incierto. Parece procedente que, analizada y confirmada la sostenibilidad del uso del recurso, diversifiquemos tecnológicamente el suministro eléctrico para evitar problemas de gestión del sistema eléctrico.
Además, con la biomasa se facilitaría la integración de territorios y se aportaría mayor equidad y justicia social en este proceso de transición, puesto que cada territorio tiene diferentes recursos que puede aportar en el suminsitro energético. Con la biomasa debemos pensar en términos de soluciones energéticas en general, no sólo en el mercado eléctrico, por lo que también debemos mirar hacia los productos petrolíferos a sustituir o incluso la participación en nuevas cadenas como la del hidrógeno.
¿Qué medidas específicas se requieren para dinamizar el mercado regional de biomasa?
El mercado regional de biomasa, contra lo que habitualmente se piensa, está muy asentado en la región. La presencia de una compañía como ENCE es determinante para ello. Lo que ocurre es que fuera de ese mercado hay un sector muy atomizado que debe tratar de obtener mayor valor añadido de la producción y explotación de recursos. Uno de los elementos críticos es precisamente ése, puesto que se piensa en la energía como mercado objetivo, cuando debe ser el mercado marginal al que acudir al final de una cadena de producción de valor.
La energía debe ser la última de las opciones de explotación de biomasa, ya sea forestal, urbana, agrícola o industrial. Las medidas deben pasar por una mejora de la gestión, tanto de la propiedad como de los usos del suelo, la tecnificación y profesionalización de las labores de explotación y la organización en la eliminación de residuos.
¿Qué tipo de acciones se planea impulsar para valorizar los recursos forestales de Asturias para generar energía? ¿Qué potencial biomásico posee el Principado?
Sin duda, mejorar la gestión del suelo, racionalizar la explotación de recursos para facilitar la optimización del coste de transporte y logística asociada y llevar a cabo proyectos sostenibles que encajen en un entorno reducido. Con ello se podrá incrementar el volumen de biomasa energética y explotar parte de las 450.000 T que anualmente se pueden generar.
¿Qué potencial tiene Asturias para la instalación de cultivos energéticos, tanto leñosos como herbáceos?
El suelo en Asturias tiene sus propias características: protección ambiental de diferentes figuras, propiedad minifundista, orografía compleja, baja densidad de accesos, ocupación industrial, cultivos y explotación ganadera …. En general es un recurso costoso, lo que complica la viabilidad de explotación económica para aplicaciones que no tengan un alto valor añadido.
¿De qué forma esperan que influya el uso de la biomasa para energía en la gestión forestal del Principado? ¿Cómo afecta el minifundismo de la región a la movilización de biomasa?
Respecto al uso de biomasa como energía, planteamos que la biomasa tenga usos de alto valor añadido, centrando la explotación energética en aquellos residuos que no tengan otra salida y que puedan explotarse en proyectos de tamaño pequeño, con carácter circular y sostenible. No parece que grandes proyectos exclusivamente energéticos puedan alcanzar la competitividad que tanto el mecado eléctrico como el térmico pueden ofrecer en los próximos años.
Respecto al minifundismo es algo que debe abordarse desde el punto de vista de una gestión mancomunada en la que todas las partes ganen y hagan del monte un recurso explotable, en el que además los propietarios puedan tener capacidad de negociación frente a compradores.
¿Cómo cree que se puede impulsar el desarrollo de redes de calor urbanas con biomasa en Asturias?.
Se debe abordar esta solución desde una perspectiva estratégica. Energéticamente deben ser proyectos que generen actividad en el entorno local, con una clara circularidad económica. Ambientalmente se debe afrontar la solución sin generar problemas de calidad de aire, por lo que las instalaciones deben ser de un tamaño que hagan rentable la incorporación de sistemas de depuración de gases. Y económicamente deben ser proyectos que compitan con la alternativa de electrificación que se propone en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
En rehabilitación energética de viviendas, ¿qué papel puede tener la biomasa?.
Asturias cuenta con un parque de viviendas unifamiliares en las que encaja el desarrollo de instalaciones de pequeño tamaño que faciliten un tejido y actividad económica local. En cuanto crece el tamaño de los proyectos (bloques, barrios, polígonos,..), la solución debe analizarse individualmente con una perspectiva de entorno local que es preciso estudiar. No hay recetas universales.
¿Cuánto empleo calculan que podrá crear la valorización energética de la biomasa en el horizonte 2030?
Decenas, centenares, miles … Con una adecuada planificación del uso del suelo, facilitando y vigilando el desarrollo de proyectos sostenibles y trabajando bajo la perspectiva de valor añadido y del largo plazo, cada metro cuadrado de la región puede ser productiva y ayudar en la generación de empleo.
Sobre FAEN
La Fundación Asturiana de la Energía se constituyó en 2001 como agencia de gestión de la energía del Principado de Asturias con el objetivo de estudiar las necesidades energéticas de la región para tratar de satisfacerlas de la forma más eficiente posible. Para ello, promocionan y desarrollan labores de asesoramiento, investigación, progreso tecnológico, servicios, sensibilización y formación en materia de energía, sostenibilidad medioambiental y otras relacionadas con ellas.