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La biomasa en la transición energética de Asturias

La comisión creada en 2019 para evaluar el impacto de la transición energética sobre los sectores productivos del principado ha elaborado un documento ejecutivo con recomendaciones para reorientar la economía asturiana hacia un modelo más descarbonizado

Como otras zonas mineras de España, el principado afronta la transición energética con el cierre de las centrales de carbón como protagonista. Obtener los 2.222 MW que generaba en 2017 el carbón a partir de otras fuentes de energía más limpias es un reto.

Juan Carlos Aguilera, gerente de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN) ofrece algunas claves sobre el futuro energético de Asturias y el papel que puede jugar la biomasa.

Se espera un incremento de los ciclos combinados de gas natural y la entrada en funcionamiento de nueva capacidad de generación renovable, con la eólica y la biomasa como principales fuentes, acompañadas de la fotovoltaica, lo que requerirá modificaciones de las infraestructuras energéticas existentes, según expone el documento ejecutivo publicado en verano de 2020 por la comisión mixta.

Biomasa para generar electricidad y calor

Entre las recomendaciones específicas, la comisión propone impulsar instalaciones tanto para generar electricidad como para producir calor a partir de recursos forestales regionales.

La comisión señala especificamente la oportunidad que representa el desarrollo de las redes de calor urbanas para la biomasa por su probada competitividad frente a combustibles como el gas o el gasóleo. Estas instalaciones “deben tener un tamaño suficiente que haga rentable la incorporación de sistemas de depuración de gases para mantener la calidad del aire”, aporta Juan Carlos Aguilera, “y económicamente deben ser proyectos que compitan con la alternativa de electrificación propuesta por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)”.

De momento, según datos del Observatorio de la Biomasa de AVEBIOM, la penetración de la biomasa en redes de calor y otras instalaciones colectivas es modesta: 51 comunidades de propietarios que suman 18 MW en instalaciones que han sustituido carbón por biomasa y 6 redes de calor (8,3 MW).

En cuanto a la generación eléctrica con biomasa, “siempre que se garantice la sostenibilidad del recurso y unos costes logísticos adecuados, ofrece algunos aspectos de gestión que la hacen atractiva dentro de un sistema eléctrico diversificado”, explica Juan Carlos Aguilera.

Aguilera asegura que el esfuerzo para atraer proyectos a la región es grande, aunque también lo es la incertidumbre sobre cuánta potencia renovable se podrá poner en marcha, muy influida por factores financieros, ambientales, sociales o energéticos. En todo caso, añade, “la valorización energética de la biomasa facilitaría la integración de territorios y aportaría mayor equidad y justicia social en el proceso de transición, puesto que cada territorio tiene diferentes recursos que puede aportar en el suministro energético”.

En Asturias hay 5 centrales eléctricas con carbón: Soto Ribera (4 grupos térmicos, dos de ciclo convencional de 254 y 361 MW y dos de ciclo combinado de 432 y 434 MW); Aboño (2 grupos térmicos que suman 921 MW); La Pereda (50 MW); Lada (2 grupos térmicos de 350 y 175 MW); y Soto de La Barca (3 grupos térmicos de 55,5, 166,6 y 364,1 MW). En 2017, estaban operativos 2.222 MW, que generaban el 75% de la energía que consumía la comunidad autónoma.

La transición energética creará empleo en sectores emergentes como el de las energías renovables o la actividad forestal relacionada con la valorización energética de la biomasa y compensará así parte del que se perderá por el cierre de las centrales de carbón.

Asentar el mercado regional de biomasa

Según la comisión mixta, el impulso de proyectos de biomasa requiere de medidas específicas que aseguren la puesta en marcha de un mercado regional que pueda aportar un suministro estable y a un precio competitivo de biocombustible y que haga viables los proyectos.

Medidas como mejorar la gestión del suelo, racionalizar el aprovechamiento de recursos, incluidos los residuos o subproductos, para optimizar los costes de transporte y logística asociados y llevar a cabo proyectos sostenibles, lograrían aumentar el volumen de biomasa disponible para usos energéticos.

Aunque ya existe un mercado regional de biomasa asentado gracias a la presencia de la compañía ENCE, desde FAEN defienden que, debido a la atomización de la propiedad en Asturias, la biomasa se debería dedicar sobre todo a usos de alto valor añadido, destinando a la generación de energía “aquellos residuos que no tengan otra salida y que puedan explotarse en proyectos de tamaño pequeño, con carácter circular y sostenible”, en palabras de su gerente.

Será necesario modificar los planes de ordenación forestal para contemplar y/o potenciar el aprovechamiento de biomasa con fines energéticos, realizar labores silvícolas de acuerdo al PNIEC y reservar espacio, principalmente en superficies forestales improductivas, para cultivos energéticos leñosos, propone la comisión.

En total, asegura Aguilera, cada año se podrían generar 450.000 toneladas de biomasa forestal, cuyo aprovechamiento ordenado es además una eficaz herramienta de prevención y lucha contra incendios forestales.

Según el cuarto Inventario Forestal Nacional (2013), cerca de 770.500 hectáreas de la superficie de Asturias son de uso forestal, de las que el 60% corresponde a zonas arboladas y cuyo volumen de madera ha aumentado un 29% desde el anterior inventario (2003). Por otra parte, el 10% de la superficie forestal está certificada PEFC (44.540 Ha, en septiembre de 2020).

Según datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), en 2018 se aprovecharon cerca de un millón y medio de metros cúbicos de madera, la inmensa mayoría en montes particulares; el 60% correspondió a cortas de eucalipto y el 37% a aprovechamientos de madera de pinos.

La Asociación de Propietarios Forestales de Asturias (Profoas) percibe en 2020 un aumento del interés por la astilla industrial y calcula un precio de 43-47 €/t al 35% humedad para este producto, y de 88-92 €/t para la astilla P63 al 30% de humedad para usos domésticos.

Biomasa para obtener biocombustibles líquidos y gaseosos

A parte de la biomasa sólida, la comisión propone fomentar los cultivos herbáceos para obtener biocarburantes en el marco de las explotaciones agrícolas como vía de diversificación y dar respuesta así al esperable aumento en la producción de biocarburantes como consecuencia de lo previsto en el PNIEC

El hidrógeno y el biogás se señalan también como vectores energéticos junto al gas natural, cuya participación en el mercado energético asturiano se espera que aumente.


Referencias

Documento ejecutivo de la comisión mixta para evaluar el impacto de la transición energética en Asturias. Situación actual, previsiones y recomendaciones:

http://www.asturiasparticipa.es/wp-content/uploads/2020/07/Documento_COMISI%C3%93N_MIXTA_Transici%C3%B3n_Energ%C3%A9tica.pdf

Entrevista completa a Juan Carlos Aguilera, gerente de la Fundación Asturiana de la Energía:

https://www.avebiom.org/biomasanews/revista/biomasa-news-2/entrevista-juan-carlos-aguilera-FAEN-biomasa-transicion-energetica-asturias

Plan Nacional Integrado de Energía y Clima - PNIEC

https://www.avebiom.org/biomasanews/avebiom/el-gobierno-envia-la-comision-europea-su-plan-climatico-para-2050

Mercado de la madera en Asturias:

http://www.profoas.com/mercado-de-la-madera-en-asturias/

Asociación Española de la Biomasa