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La importancia de un buen mantenimiento de los conductos de evacuación de los humos

ASDE, la Asociación de Deshollinadores de España, miembro de AVEBIOM, destaca en este artículo la importancia de limpiar las chimeneas y que el deshollinado sea realizado por profesionales conforme a la legislación vigente, el RITE

El oficio de deshollinador ha evolucionado mucho desde la tradicional imagen de un trabajador siempre sucio introduciendo una cuerda con una pesa y tirando un cepillo desde el tejado para recoger lo que cae en la parte inferior.

En la actualidad, el deshollinador es un profesional cualificado y habilitado por el RITE que cuenta con utillaje y métodos de trabajo modernos como cepillos rotativos de diferentes materiales (acero, polipropileno) y aspirado que le permiten limpiar cualquier tipo de instalación sin acceder al tejado, ensuciar la vivienda o generar hollín en suspensión.

La limpieza o deshollinado de los conductos de evacuación de los humos generados por la combustión de biomasa en aparatos de calefacción se debe realizar, en primer lugar, porque así lo establece el RITE en su instrucción técnica IT 3.3, donde estipula además que habrá de hacerse con una periodicidad mínima anual. Asimismo, todos los fabricantes, tanto de aparatos de leña como de pellet, lo especifican en sus manuales de uso y mantenimiento.

Por otra parte, deshollinar es una cuestión de seguridad, ahorro y cuidado del medioambiente. La eliminación de los hollines acumulados en el interior de los conductos evita la aparición de incendios que podrían llegar a propagarse por la vivienda; facilita la correcta evacuación de los gases de combustión, evitando intoxicaciones; contribuye al buen funcionamiento del aparato alargando su vida útil, lo que supone un ahorro en combustible; y, por último, mejora la calidad del aire que respiramos.

Cómo se genera y qué influye en la formación del hollín

En la evacuación de los humos procedentes de la combustión incompleta de la biomasa (u otros combustibles con contenido en carbono) se generan unos residuos en forma de vapor que, al enfriarse, se depositan en las paredes del conducto o chimenea. Estos residuos conforman lo que se conoce como hollín.
 
Distintas variables influyen en la formación y el depósito del hollín. Por ejemplo, la humedad de la leña, que se recomienda sea inferior al 25% (es muy útil contar con aparatos para medir la humedad); la calidad de la instalación, que debe considerar una correcta elección de tipo de tubería para prevenir la formación de condensados por enfriamiento rápido de los humos (evitar tubería de pared simple en tramos exteriores o chimeneas de obra sin entubar).
 
También, una carga excesiva de biomasa en el hogar o el uso de residuos que no son biomasa (basuras, papeles con tinta, restos de madera de fábricas con resinas…) pueden provocar aumento de hollín. Y, por supuesto, emplear apararos obsoletos que no cumplen la normativa vigente de Ecodiseño 2022.

Riesgo de incendio por acumulación de hollín

El hollín es altamente inflamable, por lo que en contacto con una chispa u otro iniciador puede arder dentro del conducto. Si esto ocurre, puede alcanzar temperaturas superiores a los 1000ºC poniendo en riesgo la instalación y la propia vivienda.
 
La única manera de reducir el riesgo de incendio es realizar un mantenimiento preventivo en forma de deshollinado. Este trabajo ha de realizarlo una empresa habilitada RITE, que, además de limpiar el conducto, puede detectar anomalías en la instalación y proponer una solución.
Es importante destacar que, en caso de siniestro, si la empresa que ha realizado el deshollinado no está habilitada RITE, el seguro no está obligado a cubrir los daños.

Cómo se realiza el deshollinado en instalaciones de leña o pellet

En el caso del pellet, en primer lugar, se limpian las partes interiores: paso de humos, cámara de combustión, extractor, con cuidado de evitar problemas con la electrónica. Por último, se limpia el conducto de evacuación de humos. En el caso de la leña, se debe limpiar el interior del aparato y el conducto de evacuación de humos.
 
En ambos casos, el instalador debe permitir acceso al conducto mediante tes o registros homologados para poder realizar operaciones de mantenimiento.
Las cámaras de inspección son una herramienta indispensable para comprobar el estado interior de los conductos.
 
No hay que olvidar que el hollín es un material que puede provocar afecciones respiratorias, por lo que su manipulación debe realizarse cumpliendo con todas las normas de prevención y seguridad en la salud, tanto para el profesional como para los propietarios.

La biomasa es un combustible económico y ecológico, pero alargar la vida útil y la eficiencia del aparato de combustión requiere realizar los mantenimientos anuales por parte de un profesional o empresa habilitada RITE.

ASDE - Asociación de Deshollinadores de España

Qué dice el RITE sobre el mantenimiento preventivo de instalaciones térmicas

La IT 3.3 establece que:

  1. Las instalaciones térmicas se mantendrán de acuerdo con las operaciones y periodicidades contenidas en el programa de mantenimiento preventivo establecido en el “Manual de Uso y Mantenimiento” que serán, al menos, las indicadas en la tabla 3.1 de esta instrucción para instalaciones de potencia térmica nominal menor o igual que 70 kW o mayor que 70 kW.
  2. Es responsabilidad del mantenedor autorizado o del director de mantenimiento, cuando la participación de este último sea preceptiva, la actualización y adecuación permanente de las mismas a las características técnicas de la instalación

Asociación Española de la Biomasa